Microscopio
El
microscopio (de
micro-, pequeño, y
scopio,
σκοπεω, observar) es un instrumento que permite observar objetos que son
demasiado pequeños para ser vistos a simple vista. El tipo más común y
el primero que se inventó es el microscopio óptico. Se trata de un
instrumento óptico que contiene dos o más lentes que permiten obtener
una imagen aumentada del objeto y que funciona por refracción. La ciencia que investiga los objetos pequeños utilizando este instrumento se llama
microscopía.
A mediados del siglo XVII un holandés, Anton van Leeuwenhoek, utilizando microscopios simples de fabricación propia, describió por primera vez protozoos, bacterias, espermatozoides y glóbulos rojos. El microscopista Leeuwenhoek, sin ninguna preparación científica, puede considerarse el fundador de la bacteriología.
Tallaba él mismo sus lupas, sobre pequeñas esferas de cristal, cuyos
diámetros no alcanzaban el milímetro (su campo de visión era muy
limitado, de décimas de milímetro). Con estas pequeñas distancias
focales alcanzaba los 275 aumentos. Observó los glóbulos de la sangre,
las bacterias y los protozoos; examinó por primera vez los glóbulos
rojos y descubrió que el semen contiene espermatozoides. Durante su vida no reveló sus métodos secretos y a su muerte, en 1723, 26 de sus aparatos fueron cedidos a la Royal Society de Londres.
Durante el siglo XVIII continuó el progreso y se lograron objetivos acromáticos por asociación de Chris Neros y Flint Crown obtenidos en 1740 Chris Nerospor H. M. Hall y mejorados por John Dollond. De esta época son los estudios efectuados por
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